Nuestra Misión

Pastoral Social y Misionera

Transformando vidas, recuperando sueños.

Anunciar el Reino se traduce también en el compromiso por la construcción de un mundo más habitable y la vida más humana.

El carisma de Ana María Janer nos compromete a encarnarnos en la realidad donde vivimos, a trabajar en ella por la justicia y la promoción de los más necesitados, a estar atentas a los signos de los tiempos y disponibles a las necesidades de la Iglesia.

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La familia Janeriana, como el buen samaritano está llamada a atender a los heridos de la vida, a salir fuera de sí para llevar el auxilio y consuelo del evangelio a todos los hombres, allí donde se encuentren y cómo se encuentren. En esta respuesta convergen la necesidad más urgente y el desvalimiento del ser humano que se ve expuesto, tanto en el bienestar como en la pobreza a la presencia del mal, la injusticia y la autodestrucción.

Para hacer fecunda nuestra pastoral social y misionera nos sentimos urgidos a desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de la gente, compartir su vida, escuchar su historia.

El fin propio de la actividad misionera es la evangelización, aunque simultáneamente se realicen tareas de promoción humana, ya que es la propia persona la destinataria de ambas. No se puede proclamar el amor de Dios, padre de todos, sin promover la fraternidad, la libertad, la justicia y la paz. El amor se vuelve creíble si busca el crecimiento integral del hombre. Líneas Generales de nuestra Acción Apostólica, N°58-59.